El uso del tambor en Semana Santa

El tambor existe desde antes del 6.000 a.C. Sin duda alguna es un instrumento que nos hace vibrar y tiene la capacidad de provocar distintos sentimientos. El tambor está relacionado con las características primitivas de los seres humanos;  los niños, y muchos adultos, tamborilean inconscientemente.

Con sus distintas formas los tambores son, desde la antigüedad, una forma de comunicación. Aún en nuestros días son los tambores en sus diferentes estilos quienes anuncian los eventos, quienes dirigen las orquestas, quienes marcan el ritmo de las canciones. No en vano en su origen, y aún en algunas tribus, el tambor es el instrumento utilizado para comunicarse.

“Romper la hora” da comienzo a la Semana Santa en el Bajo Aragón

En el Bajo Aragón la Semana Santa no sería lo que es sin las tamborradas. “Romper la hora, así se llama el inicio de la Semana Santa allí con gran estruendo de percusión, especialmente de tambores y bombos.

En varios pueblos de España tiene lugar esta ceremonia donde se reúnen multitud de tambores y bombos y tocan al unísono.  

Tambores y bombos en la tamborrada de Calanda

El  viernes santo a las 12 del mediodía comienza el estruendo de tambores en Calanda (Teruel) y no termina hasta el sábado a las 2 de la tarde. Este rito conmemora el fallecimiento de Jesucristo.

En el Bajo Aragón existe la “Ruta del tambor y el bombo” compuesta por nueve pueblos de la provincia de Teruel:

  • Calanda
  • Híjar
  • La Puebla de Híjar
  • Alcorisa
  • Alcañiz
  • Andorra
  • Samper de Calanda
  • Urrea de Gaén
  • Albalate del Arzobispo

En cada pueblo hay un toque particular de la percusión y las túnicas tienen colores distintos. Además  ésta fiesta es declarada como Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2005.

Sea como fuere, a lo largo de la historia no cabe duda de que el uso del tambor siempre ha estado asociado a la supervivencia y emociones, a la comunicación y a distintos estados de ánimo. El tambor es un instrumento que ha permanecido junto al hombre más de ocho mil años.

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